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Calendario 2009 competencias deportivas

Posted by Profe Martinelli en 16 marzo 2009

COMPETECIAS DEPORTIVAS INTERESCOLARES AÑO 2009
ZONA III PASO DE LOS LIBRES-MERCEDES-PERUGORRIA-CURUZU CUATIA-MONTE CASEROS-MOCORETA-JUAN PUJOL- P. PUCHETA

DELEGADO: MOLINA, LAURA TEL: 03774-1563-4683
SUB-DELEGDO: STURLA, RUBEN TEL: 03774-1563-7950
Acto de Apertura : 05-mayo- 2009 Club Curuzu

calendario competencia deportivas 2009

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El Voley como actividad recreativa en la 3º edad

Posted by Profe Martinelli en 3 marzo 2009

El voleibol como actividad física
recreativa en la tercera edad

Facultad de Ciencias del Deporte de Toledo
Universidad de Castilla-La Mancha
(España)

Laura González Álvarez
Cristina González Millán
cristina.gonzalez@uclm.es

http://www.efdeportes.com/ Revista Digital – Buenos Aires – Año 8 – N° 52 – Septiembre de 2002

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Introducción

El aumento de la esperanza de vida en la sociedad actual ha dado lugar a un aumento de la población en la franja de edad que hemos venido llamando “tercera edad”.

Existe pues, una búsqueda de longevidad en nuestras vidas mediante el cuidado de nuestros cuerpos a todos los niveles. En este sentido la actividad física es un factor que contribuye a la mejora de la salud y a una mejor calidad de vida en estas edades.

Una idea fundamental es que en la vejez, se debe mantener una participación activa en roles sociales y comunitarios para una satisfacción de vida adecuada.

En este sentido el voleibol se presenta como una actividad física recreativa y en grupo que, en estas edades, mejora el bienestar físico, facilita las relaciones interpersonales y favorece el desarrollo personal.

Envejecimiento y actividad física

El envejecimiento definido como el conjunto de modificaciones que el factor tiempo produce en el ser vivo, es un ciclo más de la vida del ser humano y como tal, siempre llega. Su llegada conduce a una serie de pérdidas en las capacidades funcionales que, no sólo se verán incrementadas con la falta de actividad física, sino que ésta (la inactividad) opera de la misma manera que el envejecimiento (Chirosa et al., 2000).

Existen algunos factores de riesgo para padecer enfermedades con la edad y la inactividad: alimentación excesiva, hipertensión, tabaquismo y alcoholismo, sedentarismo, osteoporosis, obesidad, estrés, soledad.

Entre los factores que retardan el envejecimiento están: el sueño adecuado, actividad física continuada, buena alimentación, participación social.

Se sabe, pues que la edad (mayor edad), produce cambios estructurales, y una disminución de las funciones fisiológicas. Si bien, numerosos estudios (Bruce, 1984; Saltin, 1990; Costill y Willmore, 1998; Engels et al., 1998; Alonso, 2001), han demostrado retrasos en estos procesos de involución.

Así, con relación a la Fuerza, Costill y Willmore (1998), observaron como la fuerza disminuye menos en personas que han realizado actividad física durante toda la vida. Según Saltin (1990), el número de capilares por unidad de área no presenta diferencias en corredores de fondo jóvenes y ancianos. Por lo que la entrenabilidad a estas edades es similar que en edades jóvenes (Chirosa et al., 2000).

Con relación a aspectos óseos, se ha observado una densidad ósea mayor en atletas que en sedentarios (Wark, 1996).

En cuanto a la resistencia numerosas investigaciones al respecto, afirman que la realización de un programa de ejercicio correctamente diseñado mejora la salud y disminuye el riesgo de padecer enfermedades cardiacas (Chirosa et al., 2000).

En general, se considera que una actividad física vigorosa regular produce mejoras en el individuo a cualquier edad (McArdle et al., 1990; Brzychi, 1995; Gutiérrez et al., 1997; Costill y Willmore, 1998; Chirosa et al., 2000).

Lógicamente se producen disminuciones asociadas con el envejecimiento, pero, a pesar de ello, los deportistas de edad avanzada pueden rendir a un elevado nivel (Chirosa et al., 2000).

El ejercicio físico también repercute de forma positiva en aspectos psicológicos. Las actividades deportivas incrementan la sensación de logro personal, los sentimientos de competencia y auto-eficacia, aumentando los beneficios sociales y psicológicos que la práctica deportiva tiene en el bienestar de las personas mayores. Mejora del estado de ánimo, disminuye la depresión y ansiedad, y reduce la sintomatología somática. Además, en los mayores con algún tipo de deterioro físico, la práctica deportiva aumenta la sensación de control y bienestar durante la realización de los ejercicios (García, 2002).

Son numerosos los estudios sobre los efectos de la práctica deportiva en las personas mayores, (Macneil y Teaque, 1987; Zuzanek y Box, 1988; Baltes y Baltes, 1990; Parreño, 1990; Marcos et al., 1995; García, 1997; Cuenca, 2000; Tedrick y Mcguire, 2000). En todos ellos se señala que la práctica de actividades físico recreativas en la tercera edad ayuda a mantener cuerpo y espíritu jóvenes.

A modo de conclusión, podemos afirmar que la actividad física en personas mayores mejora su condición física y psicológica, lo que conlleva una vida más sana, más equilibrada, más alegre, más activa y más dinámica.

En este sentido, el voleibol se nos presenta como un deporte que se puede adaptar a las necesidades y a la situación de las personas mayores, primando en su práctica los aspectos recreativos y sociales.

Voleibol recreativo para mayores

Nuestro objetivo es plantear un voleibol como actividad recreativa y placentera, incluyendo objetivos de tipo afectivo-sociales como deporte de equipo, en el cual existe una gran cooperación-colaboración entre sus participantes.

Para ello utilizaremos el juego que supone una actividad agradable que permite la expansión y expresión de la personalidad.

El deseo de jugar no es exclusivo de los niños, sino que nos acompaña durante toda la vida (Los Santos, 2002). Jugando canalizamos nuestra creatividad, liberamos tensiones, nos divertimos, aumentamos las relaciones sociales, con lo que esto supone de integración y compromiso.

El juego en la tercera edad cumple una función social y cultural (Los Santos, 2002) ya que favorece la socialización y permite la obtención de placer y bienestar corporal y mental.

En este sentido, para facilitar la iniciación al voleibol mediante el juego, realizaremos determinadas adaptaciones que tienen como objetivo realizar variaciones a determinados elementos respecto al juego formal, con el fin de que éstas les permitan disfrutar aun más de este deporte.

Los elementos que vamos a adaptar son:

Altura de la red

Con la idea de que la red no suponga un obstáculo serio en la iniciación, sino un punto de referencia para las acciones (Rodríguez y Moreno, 1996), se realizan las siguientes modificaciones:

Aumento de la altura de la red

Cuando se aumenta la altura de la red se consigue que el tiempo del balón en el aire sea superior, debido a que la trayectoria que tiene que recorrer es mayor. Esto facilita los desplazamientos, al disponer de más tiempo para colocarse correctamente. Sin embargo, también hay que tener en cuenta que una mayor altura de la red supone la aplicación de más fuerza en el gesto técnico para que el balón supere la red.

Descenso de la altura de la red

Una red baja provoca una mayor rapidez en el juego, hay un intercambio más rápido de las acciones, lo que ocasiona una elevada intensidad física en el juego. Sin embargo, no se requiere de una elevada fuerza para que el balón supere la red.

Con el fin de determinar que altura de la red es la más adecuada, habrá que tener en cuenta el nivel y la condición física de los mayores a los que estamos iniciando al voleibol. Así por ejemplo, si tienen poca fuerza, la altura de la red deberá ser baja, y para evitar que con ello aumente la intensidad física, por la rapidez de las acciones, lo adecuado sería establecer un campo pequeño y un mayor número de jugadores.

El campo

En general, se aconsejan canchas pequeñas para los debutantes, puesto que un excesivo tamaño del campo junto con la falta de precisión y fuerza podrían dificultar el juego, (Rodríguez y Moreno, 1996).

En campo pequeño se consigue que la jugada dure más tiempo y que haya más continuidad en el juego. No hay grandes desplazamientos, por lo que la ejecución técnica es más fácil.

El balón

En cuanto al balón, éste debe corresponderse con las características de los sujetos a los que se destina el aprendizaje. Por lo tanto, en la iniciación deben utilizarse balones más pequeños que los oficiales (Méndez, 1999).

Los balones oficiales de voleibol tienen un excesivo tamaño y peso, además pueden provocar dolor en el contacto (Rodríguez y Moreno, 1996).

En el aprendizaje el balón debe modificares tanto en peso como en tamaño. De esta manera, el balón de gomaespuma se presenta como un material muy adecuado, ya que favorece la lentitud en el juego, lo que facilita la iniciación, la continuidad en el juego (Santos et al., 1996; Méndez, 1999), y además evita el dolor que se produce en el contacto con el balón.

Número de jugadores

Un apartado especial merece el número de jugadores en cada equipo, ya que una propuesta comúnmente aceptada para simplificar el deporte del voleibol (Santos et al., 1996; Rodríguez y Moreno, 1996; Chené et al., 1990; Mesquita, 1997), es reducir el número de jugadores de los mismos.

El juego debe comenzar por situaciones de 1×1, y después evolucionar a situaciones de 2 x 2, 3 x 3 y como máximo, en la tercera edad, hasta el 4×4. Si bien, en los mayores esta evolución puede mantenerse en cualquiera de las opciones citadas, sin tener que, obligatoriamente, progresar hasta el máximo número de jugadores.

El propósito fundamental es que se diviertan con la práctica del voleibol. El objetivo es introducirles en los aspectos técnicos y tácticos básicos, respetando los aspectos esenciales del juego del voleibol. Para ello, en el voleibol se utilizan un amplio número de situaciones reducidas tanto de carácter cooperativo como competitivo. Independientemente del número de jugadores que conformen estas situaciones, se realizan siempre en situaciones próximas a las reales, con una red y en un espacio determinado de juego. Sin olvidar que, como hemos indicado con anterioridad, la red, el balón y el campo pueden variarse.

A continuación vamos a analizar algunas de estas situaciones reducidas:

1 con 1, es un juego cooperativo entre dos jugadores y en el que, aunque haya un red en medio y cada uno ocupe un terreno de juego diferente al otro, el objetivo es colaborar entre ellos para llevar a buen término la situación que se les proponga. Es una situación muy indicada para el trabajo técnico, pobre desde un punto de vista táctico, y que requiere una baja intensidad física.

1 x 1, es una situación de carácter competitivo, en la que un jugador realiza determinadas acciones contra otro, por lo tanto surgen aquí las primeras relaciones de oposición a un adversario (Salas, 2000). Este juego es muy enriquecedor tácticamente, ya que surgen aspectos como la búsqueda de espacio libre, estudio de los puntos débiles del contrario, cubrir todas las zonas de nuestro campo, etc. Surgen, por lo tanto, los primeros aspectos de ataque y defensa (Salas, 2000).

2 x 2, en esta situación de juego aparece simultáneamente la colaboración-oposición. La incertidumbre aportada en el 1×1 se ve incrementada en esta situación por el compañero. Los objetivos en esta situación, se centran en:

La distribución espacial: asumiendo cada uno una zona de responsabilidad dentro del terreno de juego (Munchaga y Jáuregui, 2000); y estableciendo zonas del campo en donde se realizan, en cada una de ellas, una acción determinada (Salas, 2000).

La distribución de tareas: aparece la diferenciación de funciones entre los jugadores. Las tareas que deben desempeñar entre ambos se van encadenando, ya sea con balón o sin balón. Surge el concepto de colocación para culminar el ataque. Por lo tanto, el ataque ya no solo significa pasar el balón al campo contrario, como en el 1×1, sino realizar una preparación previa mediante varios toques para enviarlo en las mejores condiciones (o peores para el adversario).

3 x 3, en esta situación, el aumento del número de jugadores, genera una mayor complejidad en las situaciones colectivas. Se reestructura el espacio de juego, aparece la responsabilidad en la recepción compartida por dos jugadores, el otro jugador será el encargado de realizar el pase colocación y se situará junto a la red. En cuanto a las funciones, el colocador adquiere más importancia que en la situación anterior, al poder elegir al atacante al que va a pasar el balón (Munchaga y Jáuregui, 2000).

Lecturas: Educación Física y Deportes · http://www.efdeportes.com · Año 8 · Nº 52 sigue Ü

El voleibol como actividad física recreativa en la tercera edad
Laura González Álvarez y Cristina González Millán

http://www.efdeportes.com/ Revista Digital – Buenos Aires – Año 8 – N° 52 – Septiembre de 2002

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Cuando introducimos el juego 2×2, 3×3 y 4×4 se introducen los elementos de recepción, colocación, ataque y defensa, fundamentalmente como la sucesión de acciones típica en el juego del voleibol, pero sin profundizar en los aspectos tácticos de los mismos.

Además de variar el número de jugadores, y las modificaciones reseñadas con anterioridad (balón, campo, red), podemos realizar otras modificaciones que faciliten el aprendizaje en los mayores (González, 1989):

Variar el número de toques por jugador o por equipo.

Variar la técnica de lo gestos técnicos, permitiendo golpear el balón sin una técnica buena, y con aquellas partes del cuerpo que les de más seguridad.

Permitir el bote del balón antes del toque para facilitar la continuidad del juego.

En cuanto al desarrollo del juego, la única imposición que se debe hacer es la de obligar a rotar, para que todos realicen el saque. De esta manera, pasan por todas las posiciones del campo y, por lo tanto, realizan diferentes funciones: saque, recepción, ataque, colocación.

A modo de conclusión podemos decir que el juego, en la tercera edad, es un importante agente socializador, que permite la interacción con los otros, disfrutar de actividades grupales y motivar el actuar de cada uno. Como docentes debemos presentar a la recreación como una alternativa en la adaptación del proceso de envejecimiento, teniendo en cuenta las necesidades e intereses de la población anciana y respetando los cambios que puedan darse en el ámbito biológico, psicológico y social para una vejez feliz y productiva.

Aunque para personas no vinculadas a este deporte, o aquellos que lo estén al alto rendimiento, les parezca difícil que el voleibol pueda ser practicado por personas mayores, cabe decir que nuestra experiencia personal nos ha demostrado que esto sí es posible. Y no sólo de una manera aceptable, sino que las personas mayores han alcanzado un considerable nivel (dentro de sus limitaciones). Además, hemos comprobado que la práctica del voleibol, tal como ha sido presentada en esta artículo, les ha permitido adquirir ciertas habilidades, mantener o mejorar su condición física, mantener o mejorar su agudeza visual, facilitar su comunicación y las relaciones interpersonales; evitar el sentimiento de inutilidad y lograr que no pierdan su integración en la sociedad (González, 1989).

Bibliografía

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revista digital · Año 8 · N° 52 | Buenos Aires, Septiembre 2002
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Información sobre esta etapa

Posted by Profe Martinelli en 3 marzo 2009

artículos extraidos de http://www.terceraedad.org.es/Gimnasia/Educacion_fisica/

¿Qué actividades deportivas son recomendables en esta edad?
Ejercicios gimnásticos
Caminar
Nadar
Pedalear
¿Cómo se promueve la actividad física entre los adultos mayores?
Recomendaciones para realizar el ejercicio físico

¿Qué actividades deportivas son recomendables en esta edad?
Uno de los principios metodológicos de la educación física indica que todo ejercicio debe adaptarse a las características de los sujetos a los que va dirigido, y la tercera edad no es una excepción, no requiere un tratamiento especial sino un tratamiento específico, acorde con sus necesidades y capacidades.

Ejercicios gimnásticos
Si bien es una de las actividades más practicadas, puede conducir a cierta monotonía y, por tanto puede resultar un poco aburrida, aunque tiene la ventaja de que se puede hacer en cualquier lugar e incluso con ropa de calle, siempre que no moleste la realización de los movimientos.

Caminar
La deambulación es el más conveniente y adaptable de todos los ejercicios cuando se ejecuta de forma bien orientada, ya que da a la persona mayor sensación de seguridad, mejora del equilibrio, disminuye la aprensión, aumenta la velocidad de desplazamiento, acrecienta la libertad motriz y disminuye la sensación de fatiga.
Por tanto es una actividad rítmica conveniente que condiciona un mínimo estrés para el corazón y el aparato locomotor, a la vez que distrae la mente. Hoy se sabe que un ejercicio tan suave como un paseo, aunque no modifique de forma acentuada la capacidad cardiovascular de los que lo practican, sí protege contra la cardiopatia isquémica y ayuda a perder peso.

Se puede caminar a cualquier edad, y no son necesarias instalaciones ni materiales especiales. Hacerlo durante una hora al día, con una marcha algo más rápida que la habitual, sirve de entrenamiento.

Es conveniente escoger terrenos llanos con suelo regular, para evitar el peligro de la caida, y con poco tráfico. Es importante que la ropa que se utilice sea cómoda, que favorezca la transpiración. El calzado debe ser confortable, flexible y que no oprima.

Hay que procurar ir acompañado, y proyectar cada cierto tiempo metas nuevas para ir caminando cada día algo más rápido y más tiempo.

En el caso de que la condición física lo permita, un buen ejercicio cardio-respiratorio es alternar la caminata con la carrera a trote suave, los beneficios que se obtienen son similares a la caminata pero al ser el esfuerzo superior, el tiempo que se necesita para conseguir los mismos beneficios es mucho menor.

Nadar
Es uno de los medios más eficaces para mejorar y mantener la capacidad cardiorrespiratoria y a la vez todo el sistema neuro-muscular ya que obliga a constantes ajustes para adaptar todos los movimientos a situaciones que cambian constantemente en un medio que no es el habitual. Ayuda a prevenir y mejorar muchos problemas posturales al liberar el esqueleto de la acción de su peso (en el agua, el peso corporal se reduce más de una sexta parte y el apoyo nunca es traumático), mejora la amplitud de los movimientos y es un buen relajante para todos los músculos, en especial para los de la espalda.

Está especialmente indicada en personas obesas y con artrosis (siempre que se nade en agua caliente), al favorecer la descarga articular.

No hay ningún inconveniente en que las personas mayores utilicen flotador si esto les da mayor seguridad y les pone en contacto mejor con el medio acuático.

Pedalear
El pedaleo es una actividad muy poco costosa, energéticamente hablando, por lo que se puede realizar durante mucho más tiempo que cualquier otra actividad
Además de los beneficios circulatorios, mantiene el tono de brazos, columna y, evidentemente, piernas. No obstante hay que tener en cuenta, que aunque es muy bien tolerado al final de cada sesión se deben realizar ejercicios de elasticidad.

El pedaleo en bicicleta estática sustituye perfectamente al ciclismo y no hay que dudar en emplearlo en aquellas personas con limitaciones del movimiento espacial (dificultad de la marcha, vértigo, desalineaciones corporales, etc.).

¿Cómo se promueve la actividad física entre los adultos mayores?
Actualmente hay una serie de barreras que impiden el desarrollo de programas de ejercicio físico para personas mayores y una de ellas es la falta de información acerca de la actividad física y el envejecimiento en nuestra sociedad. Por ello es importante promover y facilitar un aumento de la actividad física en el adulto mayor implicando a una amplia variedad de sectores en la difusión de la información relativa al envejecimiento saludable, y apoyar los entornos favorables que promueven la actividad física, tales como la familia, o grupos formados por personas de la misma edad, entre otros.
Estamos empezando a comprender que no se trata de añadir años a la vida sino vida a los años y esto es exactamente lo que se consigue con la práctica regular de ejercicio en la tercera edad.

Recomendaciones para realizar ejercicio físico
Antes de empezar, siempre consultar al médico.
Durante el ejercicio controlar regularmente el pulso pues si está muy rápido hay que descansar. Verificar el tiempo de retorno a la calma, un tiempo de recuperación demasiado largo es indicativo de que algo no marcha bien.
Se elegirán actividades que sirvan para mejorar la resistencia cardio-respiratoria, evitando siempre los esfuerzos muy intensos. Es mejor un esfuerzo continuado y de intensidad moderada.
La actividad física debe ser regular y constante. En caso de suspender el programa durante un tiempo, la reanudación será progresiva.
Ante cansancio moderar el ejercicio, dosificar los esfuerzos con progresión regular.
Evitar esfuerzos que exijan posturas estáticas, rígidas.
Parar al menor síntoma de dolor, mareo, vértigo, respiración jadeante o dolor de cabeza.
Con el aumento de edad se está más propenso a las lesiones debido a la pérdida de elasticidad de los tejidos del aparato locomotor, por lo que los esfuerzos serán siempre de débil intensidad y de duración relativamente larga (marcha, bicicleta, natación etc.).
Perseverar con tenacidad y paciencia para conseguir el fin buscado, evitando siempre quemar etapas.
Tener en cuenta que estar en buena forma es casi una cuestión de sentido común.

Uno de los objetivos prioritarios de prevención de enfermedades y promoción de la salud para este nuevo milenio es fomentar la actividad física en todas las edades, especialmente en la tercera edad, intentando aumentar la proporción de personas adultas que realicen ejercicio físico de forma regular, al menos 30 minutos al día, preferiblemente todos los días, disminuyendo al máximo la población sedentaria.

Fecha de publicación: Enero 2001

Dña. Teresa García Guerrero
Enfermera diplomada. Experta en educación física y deporte.
Centro de Medicina del Deporte. Madrid.

Dra. Nieves Palacios
Especialista en Endocrinología y Nutrición y en Medicina de la Educación Física y del Deporte.
Jefe de Servicio de Endocrinología y Nutrición. Centro de Medicina del Deporte. Madrid.

La tercera edad y la actividad física

Profesor de Educación Física
(Argentina) Daniel R. Paglilla
el_gallegol@yahoo.es

http://www.efdeportes.com/ Revista Digital – Buenos Aires – Año 7 – N° 36 – Mayo de 2001

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El rendimiento físico varia a lo largo de los años, siendo el momento óptimo durante la juventud y presentando un descenso continuo a partir de los 35 años, para hacerse mas acentuado desde los 55 – 60 en adelante, como consecuencia de los cambios fisiológicos propios del proceso de envejecimiento.

Cada vez hay más personas que sobreviven hasta una edad avanzada y cada generación vive mas que la anterior, es decir que las expectativas de vida han aumentado y por lo tanto estamos llegando a una cuarta edad, para diferenciarla de aquellos que si bien tienen 65 años presentan una vida activa.

El hecho de sentir que tenemos una limitación temporal, influye directamente en los planes que podemos hacer con respecto al futuro. Hay personas que ante estos limites temporales se deprimen, otros que lo ignoran y otros que, acomodándose a la realidad, enfocan su vida de forma que no disminuyan por eso sus satisfacciones.

Existen varios criterios para decir que una persona es “vieja” :

Criterio Cronológico: edad en años; relacionado con el retiro o jubilación obligatoria.

Criterio Físico: Se toman en cuenta los cambios físicos producidos en la persona, como cambios en la postura, forma de caminar, facciones, color del pelo, piel, capacidad visual y auditiva, falta de memoria, sueño alterado, etc. Todo esto relacionado a la alteración en forma notable de las actividades cotidianas.

Criterio Social: según el papel o rol que desempeñan en la sociedad.

Todos estos criterios son relativos, pues dependen de muchos factores y principalmente del espíritu de cada persona.

Todas las teorías relativas a las causas del envejecimiento aceptan una base biológica, influida favorablemente o no por el entorno social.

Entre los factores que aceleran el envejecimiento están:

Alimentación excesiva.

Stress.

Hipertensión.

Tabaquismo y alcoholismo.

Obesidad.

Soledad, poca participación socio laboral.

Sedentarismo. Poca actividad física.

Entre los factores que retardan el envejecimiento están:

Sueño tranquilo.

Ejercicio corporal continuo.

Buena nutrición.

Participación socio laboral.

No hay ninguna duda con respecto a que se producen cambios estructurales o modificaciones biológicas, que influyen grandemente en la personalidad y rendimiento de los individuos de la “tercera edad”. Estas son:

Cambio de apariencia.

Modificaciones del sistema piloso: calvicie y canosidad.

Las glándulas sudoríparas se atrofian, obstaculizando el normal proceso de sudorización y por lo tanto se tolera menos el calor.

Al tener circulación periférica con menor regulación, tolera menos el frío.

Se presentan alteraciones en la motricidad ya que hay disminución de fuerza y aumento de grasas, los movimientos se vuelven lentos, los músculos se fatigan mas fácilmente y se recuperan en forma más lenta.

Osteoporosis.

Aumento de la cifosis fisiológica.

Disminución de las capacidades respiratorias.

Al disminuir la actividad, el cuerpo necesita menos nutrientes, pero como los hábitos alimenticios no cambian, suelen aumentar de peso.

Cambios de los porcentajes corporales, aumento del porcentaje graso, disminución de la masa muscular, disminución de la cantidad de agua.

Se sabe que con la edad se reduce la capacidad contráctil del músculo cardiaco, por lo que no toleran las frecuencias cardiacas altas.

Metabólicamente hay alteraciones relacionadas con la edad, como la tolerancia a los niveles de glucosa que es menor: la actividad tiróidea puede estar disminuida lo que hace que el “anciano” tolere menos las alteraciones de la temperatura.

Se presenta un cambio en el tejido colágeno que hace que los tendones y ligamentos aumenten su dureza o rigidez, por lo tanto se es más propenso a lesiones asociadas al esfuerzo excesivo.

Con el correr de los años se presenta perdida de peso cerebral, con disminución de mielina y del número de neuronas; el tiempo de reacción y regulación motora es más lento con respecto a los jóvenes lo que hace que sean menos coordinados.

Hay mayor incidencia en enfermedades cardiacas.

Se sabe que la actividad física declina con la edad, parte es por lo biológico pero gran parte es por la reducción de la actividad, bastante común entre gente de edad avanzada y en cierta medida causada por factores sociales que dejan la actividad física y el deporte para gente joven, por lo tanto no reciben más que desaliento en tal sentido.

Se verificaron diferencias fisiológicas notorias comparando atletas de la tercera edad con personas no entrenadas de edad similar, por lo que se debe recomendar la actividad física para “gerontes” cuando ninguna enfermedad crónica o aguda se lo impida.

El hallazgo experimental sugiere que un programa de ejercicios continuo podría reducir la resistencia vascular periférica e incrementar la distensibilidad aórtica, disminuyendo de esta manera la presión arterial, tan común en las personas de la tercera edad; además un programa de resistencia muscular (con trabajo muscular localizado), mejora el retorno venoso y por lo tanto mejora la circulación vascular periférica, pero este entrenamiento debe ser lentamente progresivo ya que al principio puede aumentar la presión arterial.

Con la edad disminuye la frecuencia cardiaca máxima y el consumo máximo de oxigeno, declinación que comienza a partir de los 30 años; esta declinación es mas rápida con la inactividad o el abandono del entrenamiento.

De todo lo expuesto podemos sintetizar que las personas de edad presentan varios problemas a resolver:

El problema biológico: enfermedades crónicas agregadas y el proceso normal de involución.

El problema financiero.

El problema del mejor aprovechamiento vital (cómo administrar el tiempo que queda de vida).

El problema sexual.

El problema filosófico: angustia de muerte y el que pasara después de la muerte.

Las relaciones sociales.

El problema lúdico: este es un punto

importante ya que los individuos no

saben como ocupar el tiempo libre

que antes ocupaban con el trabajo;

no saben cómo recrearse, ni que

actividades físicas realizar. Es labor de

las personas que se encargan de las personas de “la tercera edad”, organizar actividades diarias de aquellas personas, entre ellas el ejercicio, pues todo lo expresado demuestra que la actividad física demora el envejecimiento y aumenta el periodo productivo de la vida.

El ejercicio aeróbico será de gran importancia ya que mejorará la eficacia cardiaca, la capacidad respiratoria y mejorará la postura. Hay que tener en cuenta que las personas de avanzada edad llegan a rangos aeróbicos con mayor facilidad por lo que la intensidad de una clase para personas mayores deberá ser menor que para otros grupos; es necesario considerar la toma de frecuencia cardiaca para controlar la intensidad del ejercicio. Debido a la mayor fragilidad ósea por la osteoporosis y a la propensión a las lesiones de ligamentos y tendones, no se deben recargar las articulaciones con sobrecargas importantes. Debido a la falta de coordinación, debemos ejecutar ejercicios que puedan efectuar en forma apropiada para evitar que se produzcan frustaciones.

Un buen trabajo muscular localizado será de gran beneficio para la persona mayor, ya que permitirá tonificar los músculos, mejorando su fuerza y movilidad, pero hay que extremar los cuidados de prevención de lesiones en cuanto a las posturas riesgosas. También hay que implementar periodos mas largos de relajación durante los estímulos (por ejemplo entre un ejercicio y otro dentro de una clase de gimnasia), incluyendo la elongación de paravertevrales cervicales y lumbares, ya que es frecuente la contractura de dichos músculos por la posibilidad aumentada de artrosis.

En líneas generales, considerar lo siguiente:

Programas de ejercicios menos exigentes

por la menor capacidad de trabajo.

Establecer periodos de descanso apropiados

y no exigir esfuerzos continuos y prolongados

que lleven al agotamiento.

Tener cuidado con las temperaturas extremas.

Es necesario un chequeo medico periódico para prevenir alguna enfermedad.

La posibilidad de osteoporosis obliga a ciertos cuidados; un estilo de vida que incluya ejercicios físicos moderados en intensidad, previene la desmineralización del hueso.

Una actividad física reglada, continua y adecuada retrasará los perjuicios que presentan las personas por el proceso de envejecimiento fisiológico y mantendrán por mayor tiempo la vigencia de las personas de la llamada “tercera edad”.

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CERRÓ EL BEACH EN LA COSTANERA

Posted by Profe Martinelli en 3 marzo 2009

TORNEO BEACH VOLEY 1º DE MARZO 09

El Torneo se realizó bajo un intenso calor en la cancha 1 de la Costanera Libreña en el marco de cierre de la temporada «DE CARA AL RIO» que auspicia la Dirección de Deportes Municipal con la colaboración del CEF 22 a través del profesor Leonardo Martinelli en la organización y fiscalización.
RESULTADOS:
CAMPEONES: JOAQUIM Y CLINEU (BRASIL) -200 pesos y trofeos
2º: PABLO Y FEDERICO (ARGENTINA) – 100 pesos y trofeos
3º: PINTO Y NANDO (BRASIL)
4º: ENZO Y CORNELIUS (ARGENTINA- BÉLGICA)

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